En la búsqueda de ser yo misma.
La elección del
vestido… debe ser, ya que todos alrededor mío me lo dijeron toda la vida, una
de las decisiones más importantes que tenés que tomar durante la planificación
del casamiento. El vestido, lo que vas a tener puesto en el momento en que
llegues, y empieces a caminar por el altar, y todos, absolutamente todos los
invitados, además de, obviamente tu futuro marido, te fijen la mirada por
varios segundos sin parar, para después, opinar del mismo. La novia es el
centro de la noche. Mucho más que el novio.
Pero esa
decisión para mí no fue la más importante en ese sentido, sino fue encontrar el
equilibrio en elegir un vestido que sea apropiado, que sea algo especial, pero
que te defina como sos. Que mantenga tu estilo, y que cuando todos te miren
digan: Es ella, tal cual. El día del
casamiento no es un día para ser otra persona, todo lo contrario, es el día
donde más aún tenés que ser vos misma, porque te estás casando con la persona
que elegiste, y el te eligió a vos. Si, a vos, no a una extraña en un vestido
super extravagante que nada tiene que ver contigo, pero con miras de que sea
fantástico, glamoroso, etc, etc., perdiste la esencia de lo que sos.
Con todo este
razonamiento que les hago, fue el que hice cuando estuve ahí sentada, frente a
varias revistas y muchísimas páginas de internet, buscando el vestido perfecto.
Hasta que lo encontré. Cómo? Cuando me vi identificada en uno. No cuando vi
algo que me fascinaba y que ‘en la vida real’ probablemente no lo usaría. Todo
lo contrario.
Mi vestido fue
un mix de dos. Después de buscar por todos lados, investigar sobre las marcas
que se dedican en el mundo a vestidos de novia, a descubrir novedades
diariamente, y comprar todas las revistas habidas y por haber en la vuelta, lo
encontré. No sin antes haber entendido cuál era, de todas esas marcas y tiendas
que yo miraba, cuál era la que más se asemejaba a mi estilo. Un estilo bastante
etéreo, sencillo, pero buscando tener algo importante, quizás novedoso, pero no
exagerado. La delantera la saqué de un modelo, y la de atrás de otro. Fue una
mezcla perfecta. Por eso les recomiendo que usen la imaginación y estén
abiertas a usar partes de varios para llegar al ideal. El vestido perfecto, ya
hecho no existe! Porque cada una es distinta.
No puedo más que
recomendarles que no busquen algo que no existe, sino que busquen algo que
sientan que son Uds. mismas. Sigan este consejo, y de seguro van a lograr
encontrar ese vestido que las va a fascinar y que las va a acompañar toda la
vida. Y mi último mensaje… disfruten de esta búsqueda!